Cuántas veces hemos escuchado y también pronunciado la frase «si no estás en internet, no existes», ni como empresa, ni como profesional y casi ni como persona. La penetración de la red es tal que se ha transformado en un parámetro para medir nuestra existencia, visibilidad e interacción con los demás, proyectando una imagen que construye en la mente del espectador cibernético nuestra identidad.

La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, realizada en dos fases, una en Ginebra en 2004 y otra en Túnez en 2005, expresa en sus fundamentos que «La revolución digital, impulsada por los motores de las tecnologías de la información y la comunicación, ha cambiado fundamentalmente la manera en que la gente piensa, actúa, comunica, trabaja y gana su sustento. Ha forjado nuevas modalidades de crear conocimientos, educar a la población y transmitir información», poniendo en valor, ya casi hace diez años, que nuestra manera de mirar el mundo, interactuar y pensar ha sufrido cambios, pasando ahora todo por el tamiz de la red de redes.

La comunicación es inherente al ser humano e internet es un medio de comunicación más. Debemos hacer un uso responsable de él a la vez que darle su real dimensión. Sí existimos fuera de internet, claro que sí, pensamos, sentimos, respiramos, vivimos e interactuamos fuera de la red y lo seguiremos haciendo mientras la vida sea vida, pero también debemos darle a internet un espacio en nuestra cotidianeidad, saber usarla como un medio de comunicación más y aprovechar su potencialidad.

Profesionalmente es imprescindible, no solo para ser y existir en la mayoría de las profesiones y oficios, sino también para desarrollar negocios y llegar a potenciales clientes que de otro modo resultaría imposible alcanzar. Pero no está de más recordar que si no somos capaces de reflejar en la vida real, no en la virtual de la red, esa imagen que hemos forjado en la mente de nuestros contactos, amigos de facebook, seguidores de twitter y demás, todo el esfuerzo destinado a forjar una identidad a través de la web y redes sociales será inútil, además de llegar a provocar un daño tremendo en nuestra imagen de marca, personal o corporativa.

Hay profesionales que ofrecen el servicio de crear una web y perfiles de redes sociales, hay creativos que pueden expresar en sus diseños el exacto espíritu de una marca, pero solo cada uno de nosotros puede estrechar la mano de un cliente, expresar su calidez y profesionalidad a través de una conferencia de skype o poner la pasión y la creatividad personal en sacar adelante un proyecto.

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